El embalse de Isabel II en Níjar

Agua del embalse para regadío

Esta colosal estructura decimonónica en la Rambla de Carrizalejo de Níjar fue una de las mayores obras hidráulicas de su época en España. Fue inaugurada por la mismísima reina Isabel II en 1850, tras ocho años de construcción.

A pesar de su inversión millonaria, el embalse no tuvo éxito por falta de agua, al desconocer los ingenieros, la escasez de lluvias en la zona.

Y, por si no era poco, cuando llueve por aquí, suele ser en forma de tromba, con lo que la rambla arrastraba todo el lodo de su cauce hasta el punto de cegar por completo la presa en tan solo una década.

Embalse de Isabel II en Níjar.

El pantano se encuentra a sólo cinco kilómetros de Níjar, por carretera, en dirección Lucainena. Tras desviarnos al ver el cartel del embalse de Isabel II, un camino nos lleva hasta el mismo lecho del embalse.

Lecho del pantano.

La Maravilla:

Con sus seis escalones de 35 metros de altura, y 44 de longitud, el muro del pantano nos deja anonadados. Para su construcción se aprovechó una cerrada natural de la rambla conocida como Los Tristanes.

Muro de 35 metros de altura de la presa de Isabel II en Níjar.

Con las aguas que acumulaba se pretendía abastecer a las huertas de Campohermoso y San Isidro, por aquellos tiempos, tierras incultivadas.

Canales del embalse de Isabel II en Níjar

Para llegar a estos páramos se construyeron kilómetros de acequias y canales para transportar el agua, con sus correspondientes acueductos para salvar los obstáculos del terreno.

Acueductos para transportar el agua desde el Embalse de Isabel II en Níjar

Aunque esta empresa fracasase, y muchos particulares perdiesen su inversión, lo que nos ha llegado a nuestros días, son monumentos de la arquitectura hidráulica, que se deben conservar y proteger como recuerdo de épocas de esplendor en la cultura del agua.