10 de diciembre de 2014

El Marchal de Antón López, la pedanía de Enix

Carretera de Roquetas - Alicún.
Para el que no conozca esta parte de la Sierra de Gádor hay que decir que para llegar a Enix hay que tomar la salida 429 de la Autovía del Mediterráneo, la misma salida que Aguadulce, pero a la derecha en dirección a la sierra. Una vez allí hay que pasar con tranquilidad doce kilómetros de curvas y cuestas de una carretera en buen estado y acompañada de vegetación. Esta carretera desemboca en el pueblo de Alicún, por eso muchos la conocen como la Carretera de Alicún.

Minas del Carmen en el Marchal de Enix.
Desde la misma carretera de Alicún se divisan unas galerías pertenecientes a las antiguas Minas del Carmen, por aquí pasó plomo extraído de los parajes cercanos durante cien años en los siglos XIX y XX, lo próximo que veremos será la bonita panorámica que nos deja El Marchal de Antón López.

El Marchal de Antón López también es conocido como "El Marchal de Enix" ya que está dentro de su término municipal, se encuentra a tan solo seis kilómetros por carretera y a unos diez minutos en coche del centro de Enix.

Panorámica de el Marchal de Antón López.
Puente viejo de la carretera.
Entramos al pueblo cruzando la rambla sobrepasando un viejo puente de la carretera con mucho encanto. Acto seguido atravesamos el paseo rodeados por una legión de maceteros con plantas de todas las clases, no sabemos si algún organismo institucional propuso la idea o fue algún vecino pero el resultado es fantástico. Además cuelgan de las paredes de todo el pueblo unos maceteros muy peculiares con forma de cántaro que le da un toque de personalidad único.

El Marchal tiene las mejores vistas sobre los molinos de energía eólica de Enix. 

Fue el primer parque eólico de toda la provincia en ser instalado y son exactamente cuarenta turbinas las que lo conforman.

Parque eólico de Enix desde El Marchal.

La Maravilla
Macetero típico de El Marchal.

El Marchal de Antón López sigue manteniendo las tradiciones de los pueblos pequeños. Pueblos donde el olor a chimenea te retrae a tiempos mejores o simplemente a tiempos pasados. En estos pueblos las familias siguen juntándose durante los fines de semana para ir a comer paella o migas. Los primos, cuñados, parientes en general quedan para coger la almendra y la aceituna en las épocas de recolecta. Los niños juegan a la pelota en la plaza o en la explanada de la Iglesia de Santa Teresa. Los burros se pasean por las calles siendo retratados por los turistas que quedan asombrados. 
El agua baja por las empinadas cuestas por los canalillos...
Plaza de El Marchal de Antón López.




3 comentarios: