28 de marzo de 2015

Terque, el rincón más elegante de La Alpujarra

Casa de los Porras, Terque.
En la ladera del cerro de la Santa Cruz y escoltado por el cerro de Marchena, se encuentra Terque, el pueblo de los museos y las casas elegantes. La mayoría de estos edificios son del siglo XIX, pertenecientes a una pujante burguesía. Estas familias adineradas eran dueñas de muchas minas de la Sierra de Gádor y, posteriormente, dieron cobijo a grandes terratenientes de la zona dedicados al cultivo de la uva de mesa. Estas construcciones decimonónicas han sobrevivido al nuevo milenio de manera esplendorosa y aún conservan el nombre de los antiguos dueños. "La casa de Los Porras" o "La casa de los Caballitos" son algunas de las más famosas.

A los museos de Terque le dedicaremos una entrada a este blog proximamente ya que este pueblo no puede verse de una atacada en un solo día. En esta entrada nos centramos en sus calles, su historia y su patrimonio en general. Son muchos los rincones de gran belleza que posee este municipio de La Alpujarra almeriense. Quizá Terque sea el más distinto al resto de los pueblos de la comarca, acostumbrados a ver las famosas casas encaladas, techos de piedra, portillos y chimeneas de arquitectura alpujarreña. En cambio, la fisionomia de las calles de Terque se engalanan de casas señoriales de dos plantas y con mucho colorido. Este cromatismo también se refleja en los techos de las viviendas pintados con gran variedad de colores como azul, verde o rojo.
Primera imagen que nos regala Terque, con el Lavadero en primera plana, seguido del campanario de la Iglesia y la ermita.
Fuente - Lavadero, recientemente remodelado.
Una vez que dejamos el coche en la entrada del pueblo, para disfrutar a pie todo lo que nos ofrece y nos aporta Terque, se colocan al alcance de nuestra mirada, los tres símbolos de Terque, bajo nuestro punto de vista. Se trata de la Fuente-Lavadero, la Iglesia de Santiago Apostol y la ermita de la Santa Cruz. Se muestran escalonadamente uno sobre otro quedando en la parte más alta la ermita y en la más baja la fuente.

La fuente de Terque lleva saciando la sed del viajero que por aquí pasa desde 1838. Anexo a la fuente se encuentra el lavadero público, construido en 1859. Ambos fueron remodelados en 2009 y el resultado fue magnífico. El agua sigue brotando de los nueve caños de la fuente y cruza incesante el lavadero ciento cincuenta años después. Otrora las mujeres del pueblo dejaron sus huellas en estas pilas, hoy solo son objeto de fotografías y nostalgia. No sabemos como sabía el agua en el siglo XIX, pero a día de hoy el agua de esta fuente es de las mejores del valle del Andarax.
Iglesia mudéjar del siglo XVI, dedicada a Santiago Apostol.
Uno de los rincones de Terque, cerca de la iglesia.
La iglesia mudéjar de Santiago Apostol se mimetiza y coquetea con las casas elegantes del pueblo. Su campanario es esbelto, con aspecto de fortaleza. Se construyó en siglo XVI sobre las ruinas de la anterior iglesia, quemada por los moriscos. Es la edificación más antigua del casco histórico y ha convivido durante centurias con los vecinos de Terque. A su alrededor la acompañan naranjos de la vega y dos cántaros muy antiguos. En el interior del templo se guarda la imagen de la Virgen del Rosario, patrona del pueblo.

El tono verde crema de la "Casa de los Caballitos" nada nos hace pensar que en su cornisa guardaba una grata sorpresa. Se trata de una serie de siluetas de grifos, animales mitológicos con cabeza y alas de águila y cuerpo y garras de león. Su silueta se confunde con la de un caballo, es por ello el nombre por la que se conoce a esta casa. La "Casa de los Porras" guarda muchos misterios detrás de una gran puerta de madera. En la casa de la familia Márquez dicen que pernoctó el mismísimo Juan de Austria cuando vino a sofocar la revuelta de los moriscos. Son tantas y tan bonitas, la de los "Paniagua", la de "Santiesteban"...
El campanario entre pinos destaca en esta panorámica de Terque, desde lo más alto del cerro de la Santa Cruz.

La Maravilla
Una de las muchas casas-cueva de Terque.

Subiendo desde el casco histórico hacia la parte más alta del cerro de la Santa Cruz vamos dejando atrás el viejo olmo de la plaza y las casas señoriales. El panorama cambia y las viviendas ya no son de dos plantas si no que están dentro de la tierra. Son muchas las casas-cueva que minan el suelo de la ermita. Pertenecen en su mayoría a un complejo residencial de reciente construcción, aprovechando las cuevas ya existentes. Sus características son únicas en toda la provincia de Almería. A mitad de camino entre la alta montaña y la playa.

A través de un camino rodeado de pinos llegamos a la explanada en pendiente de la ermita. Desde aquí las vistas son inimaginables e inigualables. Todo queda al alcance del sentido de la vista y se llega a percibir el agua del río Andarax, paseándose por las orillas de Terque.
Ermita de la Santa Cruz, coronando el cerro del mismo nombre. Terque.

1 comentario:

  1. Un pueblo que recorri varias veces..lleno de cultura y tradiciones que perduran todavía plasmadas en sus tres museos.felicito a Alejando Buendia y con ganas de volver a recorrer ese precioso pueblo..saludos desde Buenos Aires

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