24 de noviembre de 2015

Los acueductos romanos de rambla Carcauz

Puente de un solo ojo o puente de los Poyos.
La ruta senderista y arquitectónica de los acueductos romanos de rambla Carcauz no dejará indiferente a nadie, ni a propios ni a extraños, ni a amantes de la naturaleza ni a los historiadores que buscan y encuentran el patrimonio por nuestra provincia. El recorrido, a pie, transcurre por los términos municipales de Felix y Vícar. Para llegar al punto de partida hay que desviarse por la salida número 420 de la autovía del Mediterráneo. Una vez aquí, haremos los últimos kilómetros en coche, en dirección siempre a la sierra de Gádor, con el peñón de Bernal como referencia, dejando atrás un polígono industrial e invernaderos. Éste último tramo en coche, después de desviarnos de la autovía será siempre recto y abandona el asfalto para hacerse de tierra, presentando, igualmente, un buen aspecto.

Cuando grandes tuberías de plástico estén al alcance de la vista es que ya se ha llegado al inicio del sendero. Éstas tuberías recogen gran parte del agua que baja por la rambla Carcauz a través de largos tramos de acequias.
Puente de los Poyos o puente de un solo ojo. Junto a tramos de acequias.
Acantilados entre el Puente de los Poyos y el
 acueducto inacabado. La acequia hace de camino.

Nuestra narración comienza en el puente situado a más altitud para terminar en el más conocido de todos. Desde el puente de un solo ojo hasta el de veinte ojos, pasando cómo no, por el acueducto inacabado.

El puente de un solo ojo es el único que se encuentra sobre el lecho de rambla Carcauz, los otros dos se encuentran sobre unos barrancos afluentes a la rambla. A este puente se le denomina "Puente de los Poyos", y atraviesa la rambla de un lado a otro en uno de sus puntos más estrechos. Se levanta del suelo a una altura que roza los veinte metros, con una anchura de un metro aproximadamente. Sobre su gran arco corría rebosante el agua, que ahora se transporta mediante tubos de plástico que aprovechan el trazado de la acequia.

El acueducto Inacabado consta de tres arcos de unos tres metros de altura que nacen desde el lecho del barranco. Sobre los arcos hay una serie de pilares que deberían sujetar el cauce por donde pasaría el agua. El acueducto no es recto sino que hace un pequeño giro que se observa a simple vista, bien por decisión de los ingenieros hidráulicos o por un cambio de planes debido a la topografía del terreno.
Acueducto de Retamar o acueducto Inacabado. El peñón de Bernal preside la estampa.
Zarzas, retamas, juncos o adelfas, forman la vegetación.
Descendiendo desde el puente de los Poyos, al igual que ascendiendo, la travesía es divertida y amena, rodeados entre densa vegetación autóctona de esta parte semi-árida de la sierra de Gádor. Entre tanta naturaleza peculiar divisamos el peñón de Bernal desde su mejor perspectiva y durante el mejor momento, que a nuestro parecer es al amanecer, con los primeros rayos de sol que hacen lucir a los pinares que parecen sujetar el peñón con sus raíces. A muchos les sonará este emblemático monumento natural, aquí se rodó la película de Conan el bárbaro, con Arnold Schwarzenegger como protagonista. El rodaje en este lugar se realizó en 1981 y el peñón de Bernal pasó a llamarse en el cine; "Montaña de Poder", aquí se situaba la ciudad fortaleza de Thulsa Doom, el líder de un sangriento ejército y enemigo de Conan. De ésta producción norteamericana, rodada por John Milius se guardan varios objetos y carteles en el Museo del Cine de la capital.
Peñón de Bernal al amanecer.
La Maravilla

Acequias rebosantes de agua durante el recorrido.
El agua nos acompañará durante todo el recorrido transportada mediante kilómetros de acequias que provienen desde las cumbres más altas. El último acueducto siguiendo el curso de la rambla es el de los Veinte Ojos. Su belleza y antigüedad no encuentra parangón en construcciones de este tipo por nuestra provincia. En su primer piso presenta un arco por el que discurre el agua del barranco cuando se forman fuertes crecidas. En el piso intermedio se observan nueve pequeños arcos, y coronando el monumento diez arcos más. El acueducto sirve de lindero entre los municipios de Vícar y Felix.

En la provincia de Almería encontramos varios pueblos que poseen con orgullo dentro de sus términos municipales acueductos similares, aunque no tan antiguos. La Puente de Alhama, el acueducto de Araoz o el acueducto de Albanchez, aparecen por mi memoria.

En el Diccionario de Madoz se atribuye a los romanos la construcción de estas estructuras hidráulicas. Es increíble pensar que por sus vetustas paredes hayan pasado dos milenios, pero es aún más increíble que apenas tengan atención para unos pocos, careciendo de una fama que merecen. Con suerte, algún año vendrá galopando a caballo nuestro paisano más ilustre del momento a rodar aquí algún anuncio para así ser objeto masivo de turistas y curiosos que me temo no sabrán darle el valor que realmente tienen.
Acueducto de los Veinte Ojos.

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