17 de febrero de 2015

Senés, grabado en piedra pizarra

Fuente del Divino Rostro, Senés.
Senés está un poco en medio de ninguna parte, no es un sitio de paso, es un sitio al que se va porque se quiere. El viajero sucumbe a un canto de sirena que retumba en los campos de Tabernas y nos lleva a la buhardilla de un monte donde reluce la silueta de un pueblo grabada en piedra pizarra. Senés fue fundado por los árabes, ésta etapa de su historia fue la más gloriosa de un pueblo que llegó a tener una importante alcazaba dominando las faldas australes de la sierra de los Filabres.

De la alcazaba del siglo XI quedan los vetustos cimientos en un cerro frente a la población. Sobre sus ruinas de hoy se elevaban antaño grandes muros de pizarra. Este tipo de piedra que brilla y reluce con los rayos del sol ha forjado una identidad propia en esta zona del interior de la provincia influyendo de manera evidente y notoria en el nacimiento de la arquitectura tradicional senesera.

Claro ejemplo de arquitectura tradicional senesera.

Patio de la calle Molinos, Senés.
La pizarra es utilizada mayormente para la construcción de los tejados de las viviendas y para los balates que escalonan la ladera abrupta de la rambla de Senés, habilitándose para el cultivo. Esta piedra aparece por todos lados, en algunos tramos de calles, cuestas y escaleras. En balcones y chimeneas. Y todo esto se construye apilando una piedra sobre otra, con paciencia y complejidad. El resultado, en cambio, es la sencillez de aprovechar los recursos que te rodean.

La plaza de la Constitución es de excelsa belleza, flanqueada por la iglesia mudéjar y la casa consistorial. Además hacen un coro un conjunto de casas señoriales de dos plantas con grandes ventanales y balcones. La iglesia de Santa María es la gran protagonista de la plaza. Se construyó sobre la antigua mezquita y aún guarda su esencia árabe. En la explanada, un conjunto de dibujos con distintos tipos de piedra parecen tallar una alfombra con el escudo del municipio.

Explanada de la Plaza de la Constitución.
Monumento dedicado a los emigrantes.
En la parte baja del pueblo se construyó sobre una explanada una plaza dedicada a los emigrantes. En este monumento se pretende inmortalizar a aquellos seneseros que no tenían más remedio que marcharse lejos en busca de una vida menos dura y ya nunca pudieron regresar, pero aquí dejaron su corazón y sus sentimientos que se han quedado petrificados en el mármol de esta estatua.

En febrero las flores de los almendros cubren de olores y de colores las áridas tierras de secano. En los meses fríos las blancas casas se mimetizan con la nieve que suele caer ya que se encuentra a mil metros de altitud. Pero en este pequeño pueblo hasta el frío es reconfortante.
Panorámica de Senés desde el camino que lleva a la Alcazaba árabe.

La Maravilla

Molino de Victoriano junto a la fuente de Senés.
Cada rincón de Senés es una genialidad y un encanto. Paseando por la calle Molinos encontramos un patio que nos llamó la atención por su originalidad y decidimos sacarle una foto. El final de esta calle nos lleva al área recreativa de La Fuente. Ahora es un punto de encuentro entre vecinos y visitantes pero hace años este lugar ejercía de lavadero público y de abrevadero para las bestias.

El lavadero, en nuestra opinión, es de los mejores de todos los que hemos visto en la provincia, y cada pueblo tiene al menos uno con lo que el mérito es aún mayor.

Junto al lavadero y las mesas del merendero está el viejo molino de Victoriano y el puente de la rambla. El puente nos conduce hacia las ruinas de la alcazaba árabe. Desde aquí se observan las mejores vistas panorámicas de Senés.

Fuente de Senés y molino de Victoriano.

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