5 de febrero de 2015

Benahadux, el edén del Andarax

Cortijos de El Mayorazgo, La Ventilla o El Chuche.
La orilla del río Andarax a la altura de Benahadux es un paraíso de azahar y nerolí. Estas tierras siempre fértiles han sido explotadas desde tiempos pretéritos y han dado cobijo a decenas de civilizaciones y culturas. La distancia que hay desde la vega de Benahadux hasta la desembocadura es de escasos diez kilómetros y los sedimentos ricos en minerales transportados por el río se han ido depositando en este vergel.

Acueducto de Araoz.
Al margen del núcleo urbano de Benahadux se esparcen por el municipio multitud de barriadas muy conocidas como Araoz, San Miguel o El Chuche. Son muchos más pero cada uno de estos tres barrios poseen algo peculiar y particular, algo parecido a una seña de identidad. En el Marchal de Araoz se encuentra el manantial donde emana el agua que ha abastecido al pueblo durante siglos. En Araoz se conservan los vetustos restos de un acueducto.

En el barrio de San Miguel se encuentra el Toro de Osborne encima del puente del río Andarax que une Benahadux con Rioja. Bajo la silueta del toro sobrevive el viejo molino de San Miguel que trabajaba con las aguas que traía el canal de San Indalecio, junto a él, un bosque de palmeras datileras inundan la vista.

Campos de cítricos desde El Paredón.
El Chuche es el lugar más antiguo del municipio y en él se han encontrado restos de civilizaciones primitivas como los íberos, que construyeron aquí la ciudad de Urke. Más tarde los romanos se asentaron sobre esta ciudad y la denominaron Urci. De ésta época romana es la que más huellas han quedado en la zona, más concretamente en el yacimiento arqueológico del cerro del Paredón, capital de Urci. Es posible que esta ciudad milenaria coexistiera con la de Bayyana justo enfrente del río, en el municipio de Pechina.
Lavadero y fuente de Benahadux.

Después de repasar por encima la gran historia de Benahadux nos adentramos de lleno en su centro urbano. Encontramos maravillas a un lado y al otro de la gran avenida que lo divide en dos partes. A un lado queda la Fuente y el Lavadero, una obra de ingeniería hidráulica de gran belleza. El pilarico, como así es conocido, ha sido punto de encuentro de mujeres trabajadoras de las familias que no tenían medios. A pesar del duro trabajo que conllevaba acarrear hasta aquí la ropa, lavarla y luego volver a llevarla, para ellas era un lugar de reunión y esparcimiento social donde dialogaban unas con otras. 

Más adelante se encuentra la ermita de la Santa Cruz que corona de manera pintoresca un cerro cercano a la población. Tras subir los escalones la vista del pueblo es sorprendente. Muy cerca está la iglesia de San José y el ayuntamiento, ya en el otro lado de la avenida. Este lugar es el centro neurálgico del municipio y en la explanada de la plaza ríen, juegan y corren los niños en los albores de sus vidas.

Parroquia de San José, Benahadux.

Plaza de la Mujer en la parte nueva de Benahadux.
Benahadux ha crecido delimitada entre la carretera nacional y el río Andarax. Pero hace pocos años que se abrió paso entre la carretera y la sierra de Gádor. En esta parte residencial del municipio se encuentra el campo de fútbol, con cesped artificial y gradas para acoger un gran aforo de personas. El espacio social de esta zona es la plaza de la Mujer, de gran anchura y presidida por un totem en el cual se homenajea la figura de la mujer.

A un kilómetro de la parte nueva de Benahadux y ya metidos de lleno de la Sierra de Gádor encontramos los restos del yacimiento minero de La Partala que explotaba azufre en su mayoría. Este complejo minero ha quedado abandonado como tantos otros esparcidos por muchos municipios de la provincia.

Panorámica de Benahadux desde la ermita de la Santa Cruz.

La Maravilla

Casa de las Dos Torres, Benahadux.
La casa de las Dos Torres es un edificio emblemático de toda la provincia. Practicamente cualquier persona de Almería lo conoce o ha oído hablar de él. Queda emplazado junto a la vía del tren y la carretera que une el centro de Benahadux con el barrio de El Chuche.

Los propietarios de esta finca eran también los dueños de la Casa de las Mariposas , otra edificación singular de la capital almeriense.

La finca esta flanqueada por muros, pero desde afuera se observa una gran avenida de palmeras en su interior. El edificio consta de dos plantas, la parte baja dedicada al almacén y la parte alta para vivienda. En las dos esquinas interiores se yerguen dos torres esféricas e iguales que le dan nombre a este edificio.

Al otro lado de la vía del tren se encuentra el panteón familiar excavado en una roca. Sobre la puerta del panteón se ven las letras BCR, las siglas de Bernardo Campos Rambaud, el primer propietario de la finca. Más tarde la finca llegó a manos de los hermanos Godoy, descendientes de los primeros dueños. Aquí yacen enterrados casi la familia al completo.

Panteón - Capilla familiar de la finca de las Dos Torres de Benahadux.

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