Espesura silvestre |
Desde este arrabal de Sorbas, hasta el nacimiento del río, hay un sendero lleno de aventura y diversión. El trayecto dura unos 30 minutos y, para el que no practica el senderismo, te hace sentir un auténtico explorador. La erosión del agua en las rocas kársticas ha producido una serie de aberturas naturales que tendrás que cruzar para seguir el camino y que no sabes a donde te transportarán.
Túnel natural de rocas kársticas. |
Pozas de agua |
Sabes que te acercas al nacimiento del río, cuando te topas con pequeñas pozas de agua que te van animando a seguir caminando. En este rinconcito del desierto de Almería todo está muy mimado. Las señalizaciones son de madera y fabricadas a mano. El inicio del camino, que sale desde los cortijos, está empedrado con losas de pizarra, custodiado por pitas y chumberas. Durante el camino habrá que sobrepasar acequias de regadío y para ello existen pasarelas de madera muy bien colocadas.
La Maravilla
Cavidades en las rocas kársticas. |
Cuando ya has pasado un buen rato caminando, disfrutando de la travesía, te sientes premiado por la naturaleza. La recompensa es el pequeño ecosistema que te encuentras en el nacimiento del río.
El manantial te hace pensar que los oasis existen. Allí todo es fantástico. La fauna se comporta indiferente al paso de los seres humanos. Los tejedores ensayan su canto. Los abejarucos exhiben su plumaje. Las tortugas juguetean con las pompas que brotan del interior de la tierra en la charca...
El agua brota pura y fresca, lo que hace del baño algo indispensable en época estival. De la fuente baja el agua por unas cavidades artificiales donde se encauza el agua para ser utilizada en el regadío de los frutales de la zona. El agua baja lenta pero incesante por la pendiente del río.
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