9 de abril de 2015

Albox, la capital del norte almeriense

Calle empinada de Albox.
Albox es la ciudad más importante de la comarca del Valle del Almanzora, además de su capital. Siempre ha sido un cruce de caminos, por lo que han sido muchas las civilizaciones que han dejado huella y, también muchas, las personas que se han establecido aquí para siempre. Actualmente son casi doce mil hombres y mujeres los que viven y conviven en este apacible pueblo de la parte media del río Almanzora, lo que convierte a Albox en el duodécimo pueblo con más habitantes de la provincia de Almería.

El Valle del Almanzora es rico en mármol, que se extrae de sus entrañas. Uno de los municipios bendecidos por este tipo de piedra es Macael, y sus canteras dan trabajo a los jóvenes de la comarca, incluidos los de Albox. La mayoría de los albojenses se dedican a la agricultura o al comercio, este último siempre ha sido vital en la economía del municipio ya que por aquí discurrían los caminos que comunicaban el sur y el norte de Almería. Eran muchas las diligencias y los arrieros que discurrían por estas tierras, en homenaje a ellos, se erigió un monumento de gran belleza en el centro urbano. Historicamente, la Villa de Albox ha sido un pueblo de telares y alfarerías, que se contaban por decenas.
Monumento a la mujer albojense.

Albox es también la capital de las gentes, son muchos los inmigrantes africanos y sudamericanos los que se sienten aquí como en casa y tratan de hacer una vida nueva fuera de sus países, con sacrificio y valor. Otros más acomodados como los ingleses vienen a vivir una vida tranquila y aprovechan el buen tiempo y los servicios que aquí se les ofrecen. La noche de Albox se llena de centenares de jóvenes venidos desde los pueblos vecinos como Arboleas, Taberno o Zurgena, para disfrutar de la fiesta y el ambiente de este pueblo.

Por su centro urbano nos podemos encontrar multitud de sorpresas, como el Monumento a la mujer albojense, junto al viejo puente de la rambla. Frente al viejo puente está el nuevo puente colgante, digno de admirar. La rambla está pavimentada y por ella pasean los vecinos al caer la tarde. Un poco más adelante se encuentra la sede del ayuntamiento, en un edificio moderno y sofisticado, capaz de dar el servicio merecido y necesario a los habitantes de un pueblo cosmopolita que sigue abriéndose paso con fuerza desde el norte de la provincia de Almería.
Monumento a los Arrieros, en el centro urbano de Albox.
Ermita de San Antonio, en la parte alta del casco viejo.
Las calles de Albox están impregnadas de arquitectura sacra. La protagonista en este estilo arquitectónico de tipo religioso es la majestuosa iglesia de Santa María pero son muchas ermitas y pequeños templos los que se esparcen por los barrios. Una de estas ermitas es la de la Santa Cruz, está dedicada como el propio nombre indica a esta figura cristiana. En la provincia de Almería podremos encontrar muchas ermitas con esta advocación.

En el barrio de San Antonio podemos encontrar la ermita del mismo nombre. Se erigió sobre las ruinas de una antigua mezquita, sus hechuras bien podrían ser las de una iglesia de pueblo pequeño. Otro templo que se construyó sobre una edificación anterior es la parroquia de la Concepción, que aprovechó el solar que dejó la antigua parroquia. En su interior cobija la imagen del patrón San Francisco. La parroquia se encuentra en la plaza de San Francisco, uno de los lugares más transitados de Albox.

Calles engalandas para la Semana Santa.
Mención aparte es el santuario de la Virgen del Saliente. En este palacio conventual se guarda la talla de "la pequeñica". Además, es un punto importantísimo de devoción y peregrinación desde toda la provincia de Almería. En definitiva, se trata de un lugar de otra dimensión, del cual hablaremos detenidamente más adelante, en otra entrada a este blog.

También son muchas las hermandades esparcidas por el pueblo. Estas se engalanan y se encargan de engalanar las calles de Albox cuando llega la semana grande de pasión. Durante estos días se pasean las tallas sagradas por el municipio, acompañados de bandas musicales. Son miles de personas las que se acercan a esta fiesta y pasean junto a las imágenes, bajo los balcones de las casas señoriales del casco viejo cubiertos con grandes banderas y estandartes.
Panorámica de Albox al caer la noche, la luna se hace paso entre las nubes.

La Maravilla

Plaza Mayor de Albox.
Las grandes dimensiones de la Plaza Mayor de Albox la convierten en uno de los espacios públicos de esparcimiento y ocio más grandes de toda la provincia de Almería. Se llama así oficialmente desde el año 2000, pero ha tenido diversos nombres según el régimen político en España. Plaza Roja durante la II República, Plaza del Generalísimo durante el Franquismo, y Plaza de la Constitución con la llegada de la Democracia. Para los albojenses siempre ha sido la "Plaza del Pueblo", la "Plaza del Mercado" o, simplemente, "La Plaza".

Los motivos de una plaza tan grande pueden deducirse de varias maneras. Albox siempre ha sido la capital comercial del Valle del Almanzora y en esta explanada se han celebrado, durante siglos, importantes ferias de ganado y mercados, que atraían a comerciantes venidos desde todo el sureste español. Otra circunstancia que pudo originar la anchura de esta plaza es protegerse de las fuertes crecidas que se originan en las ramblas a su paso por el municipio.

Edificios emblemáticos que flanquean la Plaza Mayor.
Una de las riadas más devastadoras tuvo lugar en octubre de 1973, cuando el nivel de las aguas llegó a subir ocho metros de altura. Tras un terrible temporal, el agua destrozó cultivos, comercios y viviendas. Los, por aquellos entonces, Príncipes de España, Juan Carlos y Sofía, acudieron a la zona para observar los daños y transmitir su apoyo a los más afectados.

La Plaza Mayor de Albox ha acogido los mayores acontecimientos del municipio, como puedan ser los mercadillos semanales, actos institucionales como los del Día de la Constitución o la bienvenida al Año Nuevo, con la tradicional comida de las doce uvas. Pero si hay que mencionar y destacar un acontecimiento concreto y mayúsculo ese fue en el verano de 1988, cuando cerca de veinte mil personas abarrotaron la Plaza y las calles aledañas para ver en vivo la coronación de la Virgen del Saliente. Esto ocurrió, concretamente, el siete de agosto de ese año. Un nuncio, en nombre del Papa Juan Pablo II, fue el encargado de coronar a la tan querida "Pequeñica".
La Iglesia de Santa María, desde el templete adyacente a la Plaza Mayor de Albox.

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