12 de noviembre de 2016

Comarca de Níjar, por los caminos de Goytisolo

Aljibe y acueducto de Fernán Pérez.
Uno de mis pueblos preferidos de la Comarca es Fernán Pérez. Su acueducto es una sublime obra hidráulica de las muchas que pueden verse por el territorio, como el embalse de Isabel II, del que ya hablamos anteriormente en este blog. Estas construcciones evidencian la importancia del agua en esta tierra árida. A lo lejos, el molino de Fernán Pérez se asemeja a los torreones que podemos encontrar diseminados por toda la costa nijareña. Se trata de un molino harinero que domina una elevación en el terreno. Junto a éste se halla uno de tantos aljibes típicos de la comarca, abovedado y encalado, con un blanco radiante. Goytisolo diría en su libro;

"Recostado contra el cielo, en un ribazo, se divisa un molino de velas, como los que giran en el campo de Cartagena, entre La Unión y Los Alcázares. Antiguamente había muchos en la región, pero, en la actualidad, casi todos se baten en ruina. El de Fernán Pérez rueda aún, con un crujido sordo y, desde lejos, parece una flor de pétalos inmensos y abarquillados."
Molino de Fernán Pérez.
Fachada de la torre de los Alumbres, Rodalquilar.
A continuación, tras pasar por Las Hortichuelas o Las Negras, donde Goytisolo acude a un funeral durante el transcurso de su estancia en Almería, llegamos a Rodalquilar. Aquí hay mucho que ver, y algunas de esas cosas ya las hemos contado en este blog. Una de ellas es el jardín botánico de El Albardinal. Otra de ellas, son  las Minas de Rodalquilar. En las minas transcurren varios episodios en la obra de Goytisolo, de los que destaco esta cita:

"Escalonados en la pendiente de la montaña varios depósitos brillan al sol, intensamente rojos. Allí se decanta y lava el cuarzo acuífero que los camiones acarrean en la mina, antes de pasar a los secaderos."

También en Rodalquilar, la torre de los Alumbres se yergue en pie, a duras penas, soportando el peso de cinco siglos de vida. Sus muros de piedra ocre sólo son el reflejo de lo que fueron, luchando por no venirse abajo debido a su completo abandono. Su peculiar nombre hace referencia a la minería del alumbre, que era explotado en Rodalquilar. Desde lo alto de la torre, los centinelas divisaban todo el valle y la playa, protegiendo a los habitantes, en más de una ocasión, de incursiones despiadadas de piratas. Hoy, la torre sirve como atractivo histórico y cultural para los que se dirigen a El Playazo. La mayoría de bañistas, pasan de largo junto a él, sin apenas dedicar unos segundos en contemplarlo, sin preguntarse el por qué, el cómo o el cuándo.
Castillo de San Ramón, en el Playazo de Rodalquilar.
En el siglo XVI, a raíz de la expulsión de los moriscos, se construyeron numerosos castillos y torreones por toda la costa, para proteger los pueblos y habitantes de la comarca de Níjar. Los más importantes son el de San Ramón, San Felipe, San Pedro o Cala Higuera. De ésta última torre, Goytisolo diría en su libro:

"tumbado en la arena, contemplo amodorrado una de esas torres de vigía, llamada de Gala Figuera, construidas hace siglos para prevenir las incursiones berberiscas y que se ven aún, como un símbolo de nuestras iniciativas, aplicadas siempre con retraso, en toda la costa Mediterránea de España."


Más tarde, Goytisolo conoce el castillo de Los Escullos, en el trayecto en coche con Don Ambrosio. De este castillo diría:

"El castillo se alza sobre unos peñascos, al borde del litoral. Parece hermano gemelo del de Garrucha, pero nadie se ha ocupado de él y está medio en ruinas. Los torreones se mantienen apenas de pie y lo que se conserva del parapeto es sólo un recuerdo nostálgico".

Con su rehabilitación a principios de los noventa, el castillo de Los Escullos presenta un aspecto admirable. Sus paredes armonizan en forma y color con la naturaleza agresiva de los acantilados cercanos.
Castillo de San Felipe o de Los Escullos, con su aspecto actual, tras la restauración.
Noria de Pozo de los Frailes.
Al llegar al poblado de Pozo de los Frailes, Goytisolo describe con precisión, tal y como nos acostumbra a lo largo del libro, todo lo que allí observa:"En la orilla del camino, un asno con los ojos vendados tira de la marrana de la noria. El malacate gira poco a poco y los cangilones emergen del pozo llenos de agua y la vuelcan en la pila."

Una de las norias que aún se conservan queda en el margen derecho de la carretera, en dirección San José. El tiempo sigue intacto en este lugar y nos ayuda a poder mirarlo con los mismos ojos que el escritor catalán, con la excepción de no poder verla en funcionamiento.

Es difícil elegir un lugar entre los 217 kilómetros de costa que tiene la provincia de Almería, desde Adra hasta Pulpí, pero el Parque Natural del Cabo de Gata Níjar consigue que la vista, al entrar en contacto con el mar, agudice al resto de los sentidos, abocándolos a desempeñar labores para las cuales pensábamos que aún no habían sido desarrollados. Juan Goytisolo no ignora el encanto de nuestra costa, y se refiere a ella de la siguiente manera: "Entre el Cabo de Gata y Garrucha media una distancia de casi un centenar de kilómetros de costa árida y salvaje, batida por el viento en invierno, y por el sol y el calor en verano, tan asombrosamente bella como desconocida. Hay acantilados, rocas, isletas, calas. La arena se escurre con suavidad entre los dedos y el mar azul invita continuamente al baño."
Costa de Níjar desde el mirador de la Amatista.

              La Maravilla

Arco del acueducto de Fernán Pérez.
Durante sus vacaciones de diez días, Juan Goytisolo entra en contacto con la gente de los pueblos de Níjar, mientras relata los paisajes y la vida de Almería. Lo que nos transmite es como observar una fotografía antigua, trasladada con precisión a los lectores. En su libro de viaje refleja la sociedad almeriense de mediados del siglo XX; Argimiro, Don Ambrosio o Sanlúcar son algunos de los personajes que utiliza para retratar las distintas escalas sociales de la época, siempre con respeto a cada una de ellas. Las alfarerías, el Paseo o las playas, nada se le escapa a Goytisolo. Para él, cualquier detalle es importante y lo incluye en su gran obra.

Bien entrados en el siglo XXI las cosas han cambiado algo, pero no del todo. El trabajo sigue siendo duro para la mayoría. Los salarios del campo almeriense no están al nivel de otros lugares. Algunos castillos y monumentos siguen manteniéndose en pie a duras penas. Pero, como diría Goytisolo; "el mundo pertenece y pertenecerá siempre a los optimistas." Y así es, la Comarca de Níjar es hoy un referente turístico a nivel nacional; su centro urbano está dotado de instalaciones culturales; las playas de su costa son las preferidas por los viajantes españoles año tras año; el Parque Natural es un baluarte para la protección de especies marinas y terrestres; algunos monumentos se rehabilitan y consiguen conservar su aspecto de antaño; el desarrollo de la agricultura se va consiguiendo progresivamente; las cerámicas de Níjar salen en forma de souvenir a cualquier punto del mundo; y, sobretodo, los nativos no tienen que emigrar a Cataluña o a Francia en busca de una vida mejor.

La gente de Almería ha luchado y lucha a diario para que la impresión que produzca nuestra provincia en los ojos de los visitantes no sea de profunda violencia y pobreza. Casi sesenta años después de la publicación "Campos de Níjar" Almería mira al futuro con las mejores esperanzas y desde Maravillas de Almería brindamos esta entrada por aquellos que han hecho posible una vida mejor y por aquellos que denunciaron las penurias que sufría esta tierra cuando no existía la libertad de expresión. En definitiva, es nuestro humilde tributo a Juan Goytisolo, a modo de agradecimiento por hacernos disfrutar en esta ruta literaria por Almería.
Playa de Aguamarga, en el Parque Natural de cabo de Gata - Níjar.
BIBLIOGRAFÍA

-Paginas webs:
www.nijar.es

- Libros: 
Goytisolo, J. (1960). Campos de Níjar. 1st ed.

22 de octubre de 2016

Costa de El Ejido, el puerto de Almerimar

Puerto de Almerimar.
Con esta entrada dedicada a Almerimar completamos la trilogía de Maravillas de Almería por las localidades de la Costa de El Ejido, siempre sorprendente y desconocida. Empezamos, hace ya un tiempo, con Guardias Viejas y el museo que alberga el interior de su castillo. Después, tuvimos la ocasión de visitar Balerma y dar a conocer la torre y su playa. Y, para finalizar, os traemos el puerto de Almerimar, con sus dos magníficas playas, una a cada lado del puerto, la de Poniente y la de Levante.

Todas las poblaciones del municipio de El Ejido viven y se desviven por la agricultura, como ya sabemos, con grandes hectáreas de cultivo bajo un plástico que cubre la tierra y se observa desde el espacio. Pero es en Almerimar donde esta actividad económica no es la más importante, sino que pasa a un segundo plano desplazada por el pujante sector turístico.
Cometa al viento en la playa de Poniente de Almerimar, El Ejido.
  Busto del empresario Agustín González Mozo.



Para hacernos una idea de la importancia del puerto deportivo de Almerimar sería preciso empezar por hablar de los más de mil amarres para embarcaciones que tiene y le convierten en uno de los varaderos más importantes de todo el continente europeo. Desde el puerto hacia el Este, se asienta sobre la costa la playa de Levante de Almerimar, con Bandera Azul. Desde el puerto hacia el Oeste, se extiende la playa de Poniente de Almerimar, también con Bandera Azul. Ambas tienen buen acceso y unas infraestructuras envidiables, motivo por el cual muchos ejidenses vienen a estas playas a pasar los días estivales. También los hay que se quedan al caer la noche, para cenar o salir de fiesta en la zona comercial, cada vez más concurrida.

Cientos de alojamientos hoteleros y comerciales bordean el puerto y dan vida a esta localidad, posiblemente de las más turísticas de toda la provincia y elegida por muchos europeos, amantes del mar, para disfrutar de descanso y el deporte acuático; paseos en velero, rutas de submarinismo, surfing, y mucho más. Un ejemplo deportivo más, es el golf. En Almerimar se construyó el primer campo de golf de toda la provincia de Almería, y a día de hoy, sigue siendo uno de lo más importantes por su gran superficie y su número de hoyos.

Desembarco Pirata de 2016 en Almerimar.
De paseo por el puerto, podemos apreciar el busto del empresario Agustín González Mozo, considerado el fundador de Almerimar. A sus espaldas, se yergue una linterna de piedra con multitud de ventanas de distinto diseño y tamaño, se trata de la torre del Puerto, un edificio emblemático de El Ejido. Junto a la torre, se sitúa una pequeña capilla dedicada a la Virgen del Carmen, protagonista a mediados de julio, de las fiestas patronales de la localidad.

En agosto, los niños de El Ejido esperan con entusiasmo el día del desembarco pirata. El evento organizado por el Ayuntamiento y la Junta Local tiene gran aceptación por parte de los vecinos de El Ejido y visitantes de otros municipios. La semana pirata cuenta ya con cinco ediciones y cada año obtiene más acogida. El Desembarco Pirata de 2016 recreó un ataque de Barbarroja a un barrio de pescadores del antiguo litoral de Dalías durante el siglo XVII. El Desembarco Pirata volverá a Almerimar en agosto de 2017. ¡Qué nunca falten estos eventos culturales en la provincia de Almería!
Atardecer en la playa de Poniente de Almerimar.


          La Maravilla
Torre del Puerto y capilla de la Virgen del Carmen.
Almería fue "Costa del Sol" desde 1928, junto a la costa de Granada y a la de Málaga. A mediados del siglo XX, pasó a denominarse "Costa de Almería" en un intento de peculiarizar la zona, dotándola de una oferta turística distinta a las demás. Desde entonces, la calidad y la cantidad de la demanda turística no deja de crecer, alentada por los 217 km de costa que ostenta la provincia de Almería.

Uno de los rincones costeros de la provincia preferidos para españoles y extranjeros es Almerimar. No le faltan razones. Una vez que se atraviesa la gran avenida y se llega al puerto, el aire y el agua cambian al caer la tarde, las miradas se solapan, los corazones se extasían. Cuando visitas el puerto por primera vez, un halo arcano te envuelve como un primer beso, un beso lento, un beso de amor.

Cuando cae la noche en Almerimar, las familias repletan las mesas de los restaurantes dejando paso, a continuación, a los jóvenes del municipio que vienen a disfrutar de la música y el buen ambiente, junto al puerto.
Anochecer desde el puerto de Almerimar.
BIBLIOGRAFÍA

-Paginas webs:
www.turismo.elejido.es
www.portalejido.com

- Libros: 
Memorias del tiempo. La Historia de Almería. (n.d.). Almería: La Voz de Almería. Unicaja., p.Volumen II.

14 de octubre de 2016

Darrícal y Lucainena, las pequeñas alcoleas

Iglesia del Santo Ángel Custodio.
Muchas Alcoleas se esparcen por España; Alcolea del Pinar, Alcolea del Río, Alcolea de Calatrava, etc. La Alcolea de Almería es única porque es de Almería. La alpujarreña y aceitunera. La de montañas onduladas y ríos deslizantes. La fortaleza árabe. La que a falta de una, se divide en tres núcleos de población; Alcolea, Darrícal y Lucainena. En esta publicación nos centraremos en Darrícal y Lucainena. De Alcolea ya nos ocuparemos más adelante en este blog.

Al aproximarse a Darrícal, lo que más impresiona es la belleza de su panorámica. Es la típica imagen de pueblo serrano que se te viene a la cabeza, con sus casas blancas recostadas sobre el margen izquierdo del río y abrigadas bajo un prominente peñón. Las sierras que lo rodean están peladas y el ocre de sus laderas se armonizan con las paredes de la iglesia del Santo Ángel Custodio. Lo demás, no necesita descripción, se aprecia por sí solo en la imagen de abajo.
Panorámica de Darrícal desde la carretera.
Río Adra a su paso por Darrícal.
Los ríos Alcolea, Cherín y Ugíjar chocan poco antes de llegar a Darrícal. Una vez allí, ya se denomina río Adra, uno de los más caudalosos de la provincia de Almería. Este río que se embalsa más abajo en Benínar hace de frontera natural entre las provincias de Almería y Granada. Al abandonar el pantano, se dirige en dirección al mar, desembocando en la costa de Adra. Los ríos riegan estos parajes como la sangre riega nuestros cuerpos. El agua es la sangre que da vida a esta tierra fértil.

El cultivo predominante en la zona es de regadío, aunque también hay fincas de secano. El árbol más común es el olivo, del cual ya hablaremos de su importancia en el municipio de Alcolea por sus ejemplares centenarios y las distintas almazaras en una publicación dedicada exclusivamente a Alcolea.
La torre campanario de la iglesia de Darrícal desde la orilla del río Adra.

          La Maravilla
Iglesia del Santo Cristo del Consuelo.
Conforme nos vamos acercando por carretera a Lucainena, las sensaciones son parecidas a las que sentimos en Darrícal. Esta vez, la panorámica no es tan cerrada, y el campo de visión se expande hasta las cumbres de Sierra Nevada. La tierra sigue siendo ocre y las laderas continúan peladas. La diferencia está en el blanco de los pueblos que se encaraman en la parte granadina de la Alpujarra. Apuntamos éstas y otras observaciones en nuestro bloc de notas, que ya lo decía mi profesor; "Más vale lápiz pequeño que cabeza grande."

Lucainena, la antigua pedanía de Darrícal, y hoy pedanía de Alcolea, es el núcleo de población más reducido de los tres que conforman el municipio de Alcolea. De su entramado urbano sobresale la figura de la iglesia del Santo Cristo del Consuelo, con motivos decorativos en forma de corazones que llaman la atención a todo el que se acerca a sus paredes.
Panorámica de Lucainena desde la carretera. Se observan al fondo pequeñas poblaciones de la Alpujarra de Granada.

Una bella estampa de Lucainena.
La ruta que hicimos para llegar hasta aquí se la recomendamos a todos; Dalías, Berja, Benínar, Darrícal, Lucainena y Alcolea. Desde allí, lo idóneo es descender por la otra vertiente de la sierra de Gádor; Laujar de Andarax, Fondón, etc. Pero si quieres conocer bien cada maravilla de esta zona de la provincia, debes ir conociéndolas pueblo por pueblo.

Por el trayecto, nada más y nada menos que flora y fauna fluvial, gargantas pronunciadas, arquitectura popular, gastronomía de calidad, cielos limpios y el recuerdo, sobretodo el recuerdo imborrable de haber formado parte por momentos de uno de los paisajes más carismáticos de toda la provincia.
Lugar de esparcimiento dentro del núcleo urbano de Lucainena.
BIBLIOGRAFÍA

-Paginas webs:
http://www.alcolea.es/

- Libros: 
Naturaleza Almeriense. Espacios naturales y protegidos de Almería. (n.d.). Almería: La Voz de Almería. Caja Rural de Almería, p.98.

- Periódicos:
La Voz de Almería, (2014). Día de la provincia.

7 de octubre de 2016

Berja, patrimonio del Poniente

Calles estrechas y casas señoriales.
Berja es Poniente, es Alpujarra, es romana, musulmana y cristiana. Es todo lo que queramos que sea. Con el municipio vecino de Dalías comparte un pasado reciente desde la agricultura del parral, hasta la revolución del cultivo bajo plástico. También la minería del plomo y otros metales fue intensa en ambos municipios que están separados a escasos kilómetros de distancia.

Con la visita de los Reyes Juan Carlos y Sofía, se lió un auténtico bululú por las calles de Berja, que se llenaron para recibirles en un baño de multitudes. El 5 de mayo de 1994 los monarcas pasearon y reconocieron públicamente la labor de los trabajadores del campo almeriense, especialmente por la presencia de la mujer y la integración de los migrantes.

Las calles de Berja llevan nombres de hijos del pueblo como el ex ministro Barrionuevo, los hermanos Salmerón o el cura Antonio Martín, entre otros muchos.
Una de las casas señoriales de Berja que presenta un inmejorable aspecto.
La fuente del Macho y la Hembra, en el mercado de abastos.
De Berja era también Fernando de Berrío, aunque no encontramos referencias a él en todo el pueblo. Se trata de uno de los pocos almerienses de los que se tiene constancia de su presencia en la Conquista de América. El sueño de este virgitano era el sueño de muchos españoles; conquistar el Reino Dorado. Y lo buscó hasta quedarse sin recursos por parte de la corona española, intentándolo en veinte expediciones. Lo que sí encontró fue el Salto del Ángel, una de las siete maravillas naturales del mundo, convirtiéndose en el primer europeo en contemplar esta cascada, la cual es la más alta de todo el planeta.

Fueron muchos los almerienses que participaron en la Conquista de América. Ellos formaban parte de la tripulación al mando de navegantes gallegos o vascos, los cuales se llevaron toda la gloria, quedando los nombres de aquellos almerienses en eterno anonimato. Por eso creemos que es bueno contar la historia de Fernando de Berrío en esta entrada dedicada a Berja. Porque fue de los pocos protagonistas almerienses que dejaron la impronta de su nombre en la conquista del Nuevo Mundo.
Paseo de Cervantes flanqueado de plataneras orientales.
Un paseo tranquilo por las calles de Berja.
Berja fue Virgis para los romanos y Medina Barcha para los árabes. De estas sociedades antiguas han quedado huellas en el municipio, las cuales nos hubiese gustado visitar detenidamente. Por ejemplo, la Alcazaba de Villavieja, y poder contarles a todos nuestras sensaciones desde allí arriba, pero nuestra falta de recursos a veces se traduce en falta de tiempo, ya que tenemos que pasar largas horas en coche y aprovechar nuestras rutas al máximo, visitando el mayor número de maravillas posibles.

Siendo los humildes redactores de estas líneas dos universitarios de Almería con escasez de medios, ataviados con una cámara de fotos y un bloc de notas, no dudamos en tirar hacia el monte, ciudad o playa, pero no siempre quedamos íntegramente satisfechos de nuestros viajes por no poder verlo todo. Las entradas de este blog se complementan también desde casa, buscando información en libros, revistas, panfletos o páginas web. El resultado ya lo conocéis; una nueva maravilla cada semana.
Plaza Porticada, uno de los máximos exponentes de la burguesía virgitana del siglo XIX.

                 La Maravilla

Fuente, plaza e iglesia.
La fuente de Alcaudique, una de las más bonitas de la Alpujarra. La torre de los Enciso, de estilo mudéjar y datada en el siglo XVI. La Alcazaba de Villavieja, la segunda más grande de la provincia de Almería. El Santuario de la Virgen de Gádor, lugar de pasión y peregrinación. La imponente Iglesia de la Anunciación. El edificio del Ayuntamiento con sus dos torres cuadradas. La monumental fuente de los Dieciséis Caños. El paseo de Cervantes. Y mucho más. Con cada una de estas maravillas podríamos redactar una estrada a este blog. Y es que Berja es una ciudad sobradamente rica en patrimonio monumental. Tan solo hay que acercarse aquí para conocerlo.

Hay una pieza arqueológica que sobresale del resto por su belleza extraordinaria. Se encontró en Berja, pero no podemos verla si visitamos el pueblo, ya que se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid desde 1923. Se trata del "Sarcófago de Berja", y si pasáis algún día por la capital de España, os animamos a que os acerquéis a este museo que de momento es gratuito y echéis un vistazo al sarcófago paleocristiano del siglo IV, labrado en mármol. En él se muestra a Cristo resucitando a Lázaro o las negaciones de Pedro, entre otras escenas.
Plaza de la Constitución. La Iglesia de la Anunciación a la izquierda y el edificio del Ayuntamiento a la derecha.
Iglesia de Alcaudique.
El sarcófago fue encontrado en la barriada de Alcaudique. Uno de los núcleos urbanos que se dispersan por todo el término municipal virgitano. También podemos destacar Castala, con su parque periurbano donde fuimos de excursión muchos niños de la provincia. Benejí, con los importantes restos islámicos, antes mencionados. Peñarrodada, que consta de seis calles. Y, desde hace pocos años; Hirmes, que en su día perteneció al extinto Benínar, un pueblo que naufragó bajo un pantano y que más adelante le dedicaremos una merecida entrada a este blog.

No podemos finalizar sin mencionar que, desde hace poco, uno de los núcleos de población más importantes del municipio se emancipó para siempre. La antigua Entidad Local de Balanegra consiguió su independencia en junio de 2015 y Berja quedó sin salida al mar. Así nació el municipio 103 de la provincia de Almería, el más joven de todos los municipios, aunque ya existía como localidad desde el siglo XVI.
Fuente de los Dieciséis Caños, sita en la plaza de la Constitución.
BIBLIOGRAFÍA

-Paginas webs:
http://hispanememento.blogspot.com.es/2012/02/fernando-de-berrio-el-salto-del-angel.html
http://www.man.es/man/home.html
www.Berja.com

- Periódicos: 
La Voz de Almería, (2014). Día de la provincia.
La Voz Almería, (n.d.). La Alpujarra Almeriense. p.33.

1 de octubre de 2016

El Albardinal, el jardín de Rodalquilar

Laurel.
Juan Goytisolo describe en "Campos de Níjar" numerosas especies autóctonas de la flora almeriense, pero la citada obra es un libro de viaje y no un catálogo de plantas. Así que, con su permiso, continuaremos humildemente lo que empezó desde un recóndito del municipio de Níjar, un lugar de visita obligada. En Rodalquilar se pueden conocer todas y cada una de las especies endémicas y amenazadas del Parque Natural del Cabo de Gata. Desde árboles como la higuera, granado u olivo hasta pequeñas plantas, arbustos, cactus o suculentas, incluso líquenes. Tan solo hay que acercarse al Jardín Botánico, situado muy cerca de las antiguas minas de oro.

A lo largo de esta entrada iremos poniendo citas de "Campos de Níjar" para amenizarla, sirviendo también de homenaje para el gran autor catalán.

"La tierra es parda, hay campos de cebada y guayules, y el verde de las higueras alterna con el de los nopales". (Boca de los Frailes.)
Avenida principal del jardín.

Líquenes.
Rodalquilar fue antaño un pueblo minero, época de esplendor de la que se conservan los restos de las antiguas Minas de oro, que sirven como reclamo turístico para los amantes de la minería, y también para los amantes del cine ya que fue plató natural donde se rodaron numerosas películas. En Rodalquilar los veraneantes se asoman a la playa de El Playazo, la cual culmina el valle de Rodalquilar abriéndose al mar. La torre de los Alumbres, o el Castillo de San Ramón, hacen de este pueblo nijareño un lugar digno de visitar varias veces al año, al igual que sus pueblos vecinos de Fernán Pérez, La Isleta, Pozo de los Frailes o San José. Los pueblos de la costa de Níjar ya no son aquellos "lugares tristes azotados por los vientos" como decía Goytisolo en su libro.

"La ladera del monte está escalonada de paratas. Frutales y almendros alternan sobre el ocre de los jorfes y los olivares se despeñan por la varga lo mismo que rebaños desbocados".
Interior de la antigua casa cuartel de la Guardia Civil. Hoy sede del Jardín Botánico.

       La Maravilla

Edificio central del Jardín, antigua casa cuartel.
El Jardín Botánico El Albardinal pertenece a la Red Andaluza de Jardines Botánicos en Espacios Naturales. Debe su nombre a la planta denominada albardín, muy fácil de localizar por las tierras de Almería. En el Jardín se pueden observar plantas exclusivas de esta parte del mundo. Éste es un buen lugar para conocer el nombre de todas esas plantas que nos rodean y no sabemos como se llaman. Durante el recorrido por el jardín se distinguen varios espacios donde se distribuye la vegetación. Junto a la puerta principal se encuentran las plantas de jardinería, cactus y suculentas. 

El edificio sede del Jardín hace de recepción de visitantes desde 2001, antes era la casa cuartel de la Guardia Civil y por su interior se puede dar un paseo museístico donde encontraremos sobrada información de las especies florales de Almería, de su diversidad, etc. La zona abancalada del Jardín pertenecía anteriormente a las huertas de los mineros que trabajaban muy cerca de aquí.

"La sierra es ocre, desértica. Su vegetación se reduce al palmito,..."  (Faro de cabo de Gata.)
Zona abancalada del Jardín, de gran amplitud.
Una de las esculturas esparcidas por el Jardín.
Según el itinerario escogido dentro del propio jardín encontraremos cultivos tradicionales como el Parral, o, distintas especies ligadas al clima como azufaiferos, tomillares, retamares o espartales. Otra parte del trayecto con gran importancia es la vegetación ligada a suelos especiales, desérticos, costeros o yesíferos. Por último, en cuanto a la distribución de la vegetación se refiere, nos toparemos con una parte dedicada a plantas endémicas y seriamente amenazadas. El Albardinal es, a fin de cuentas, un agradable paseo acompañado del fulgor del mar, montañas ruborosas y trinos de aves. Todo nuestro camino está acompañado de esculturas muy singulares que os invitamos a que descubráis.

A los almerienses no nos basta con tener cientos de lugares encantadores en nuestra provincia, también hay que visitarlos y fomentarlos. Desde aquí animamos a todos a descubrir los secretos que Almería ofrece a sus habitantes y visitantes.

"En el campo de henequenes, un mozo desmocha terrones con la azada. Un tordo alirrojo se posa en las chumberas del camino".
Esculturas que amenizan la visita al Jardín.

23 de septiembre de 2016

Carboneras, el pueblecico varado frente al mar

Calle Sorbas.
Para una primera visita a Carboneras lo mejor es hacerlo por la entrada norte del municipio. Justo en el límite de éste con el de Mojácar se contempla a lo lejos como un garabato desde el mirador de la Granatilla. Desde aquí, la playa de El Algorrobico se escurre entre los pies, y la cuesta de La Parrica se inclina verticalmente desde la cumbre de una montaña hasta la orilla del mar Mediterráneo. En esta primera estampa, se guardará como un recuerdo la torre del Rayo, sobre un montículo, abocado al mar. Sobrepuesto a la torre se encuentra Mesa Roldán, cortando el horizonte. Entre medio, no se puede imaginar unas casas tan blancas que bien parecen la espuma que arrastra la resaca del mar. Conforme se avanza se ve que se trata de un hermoso pueblo, como un barco varado en el litoral, encallado en esta tierra para siempre.
Una de las salas del castillo de San Andrés. Ánforas de mar envejecidas en el puerto de Carboneras.
Eddie Fowlie.
Llama la atención el intenso bullicio y ajetreo en la calle Sorbas, sin duda, la más emblemática de todas las avenidas del municipio. Es la espina dorsal del pueblo, donde fluye la vida desde hace ya muchas décadas. A mediados del siglo pasado, esta avenida era de tierra, y los mulos, burros y caballos eran, prácticamente, los únicos vehículos que la transitaban. La calle Sorbas, desemboca en la plaza del Castillo, con espectadores inalterables al paso del tiempo como son, el propio castillo o la casa consistorial.

A lo largo de esta calle, encontramos también el busto rechoncho de un caballero inglés. Se trata de Eddie Fowlie, uno de los descubridores de Carboneras como tierra de cine, en todos los sentidos, en el literal y en el metafórico. Recordemos que aquí se rodó Lawrence de Arabia, gracias a Fowlie. Por este motivo, el ayuntamiento le dedicó una estatua de bronce al descubridor y también otra a la película, situada junto al castillo.
Puerto pesquero de carboneras.
Foto de la exposición en el Castillo de San Andrés.
Carboneras pertenecía al municipio de Sorbas hasta hace dos siglos. De hecho, el nombre de la calle Sorbas viene dado porque Carboneras era el barrio elegido por los vecinos de Sorbas para pasar sus vacaciones. Todos ellos entraban al pueblo por esta avenida, igual que hacemos todos nosotros a día de hoy.

Para encontrar los orígenes de Carboneras no hay que remontarse muchos siglos atrás. Fue a raíz de la construcción del castillo de San Andrés en el siglo XVII cuando nació Carboneras como pueblo. El castillo contaba con una guarnición permanente de veinticinco soldados, lo que dotó al pueblo de seguridad y protección frente a los ataques e invasiones, y así logró prosperar hasta convertirse en lo que es hoy, uno de los pueblos más carismáticos de la provincia.

Mercado.
Después de pasar por la puerta de bares, terrazas y restaurantes que vemos a lo largo y ancho de las calles de Carboneras, decidimos entrar a uno de ellos para tomar un desayuno. La caminata había sido larga por todo el pueblo, incluido el mercado tradicional, a rebosar de gente, como cada jueves, desde hace ya muchos años. Al entrar al bar, un camarero nos recibe amablemente. Un hombre, sentado en una de las mesas se bebe un café, parece un antiguo pescador azotado por las olas y los años. Al ver nuestra cámara de fotos, el hombre entabla una conversación con el camarero mientras salen las tostadas. Hablan de turistas. El hombre da muestras de estar agradecido al turismo por el cambio radical que transformó el pueblo tras la masiva llegada de ingleses y franceses. Nosotros oímos. El camarero no está de acuerdo. Para él, los turistas no hacen gasto, o al menos, no gastan lo suficiente. Pienso que debe de ser difícil trabajar tantas horas en un lugar donde otros vienen a disfrutar y a descansar. Esos dos polos opuestos solamente los separa una barra de un bar. El hombre dice que gracias al turismo han mejorado los servicios básicos, y la calidad de vida ha aumentado notablemente. Los turistas iban a los bares, pero los precios para ellos eran el doble de lo normal, dice el hombre. Ellos no son tontos, vienen a Carboneras precisamente porque no son tontos y van a comprar a las grandes superficies para que no los tomen por tontos. No, ellos no son tontos... sigue replicando el hombre.

Antes de pagar la cuenta y salir del bar, las palabras del hombre se intercalan con sorbos de café. Nosotros, que no nos consideramos turistas en nuestra propia provincia, salimos de aquel bar con la satisfacción de haber propiciado aquella conversación y conocer las dos opiniones sobre el turismo en masa.
Isla de San Andrés desde la playa de los Barquicos.
Molino.
¿Qué se puede ver en Carboneras? La respuesta más correcta sería la de no pestañear para no perderse ningún rincón de su geografía. En la parte más alta se sitúa el parque del Lometico, con murales etnográficos y buenas vistas. Ya en la parte baja; el parque Andaluz, o el paseo marítimo. Un poco más alejado del centro urbano está el antiguo molino declarado Bien de Interés Cultural. Y entre tantas otras cosas; el puerto pesquero, de gran importancia ya que su flota es la que ha sustentado la economía de las familias del pueblo durante muchos años. Carboneras dispone también de puerto mercante y es frecuente ver a barcos colosales asomarse por la costa.

Mención especial requiere el Castillo de San Andrés. Entre sus muros recién restaurados alberga exposiciones de todo tipo. Nuestra visita coincidió con la exposición fotográfica "El Camino de Santiago desde el Sur", que se exponía en una de las salas del castillo desde el 1 hasta el 15 de agosto de 2016. Además, todos los veranos se realizan conciertos, teatros, festivales o recitales flamencos que animan a visitar este enclave histórico.
Playa de El Algarrobico.

             La Maravilla

Torre del Rayo.
A lo largo de los 17 kilómetros de costa que tiene el municipio de Carboneras se puede disfrutar de playas variopintas que se adaptan al gusto de cualquiera. Por una parte, encontramos playas abiertas al mar, como la de Los Muertos, muy conocida a nivel nacional y galardonada año tras año como la mejor playa de España. También, encontramos playas más cerradas como la de El Corral, donde el efecto de las olas es menos pronunciado. Además, existen playas de desembocadura, como la de El Algarrobico, muy famosa también, por otros motivos que no vienen al caso. A estas playas virginales hay que añadir excelentes playas urbanas, como la de Los Barquicos, entre otras. Todas ellas poseen Bandera Azul y Bandera Q de calidad.
Panorámica de Carboneras, isla de San Andrés y Mesa Roldán. Desde la torre del Rayo.

Vista al mar desde lo alto de la torre del Rayo.
En la costa levantina de la provincia de Almería surgen elevaciones rocosas en forma de isla, escullo o arrecife. Frente a Carboneras, encontramos una de las más importantes; la isla de San Andrés, acompañada por La Islica, un islote menor situado entre la isla de San Andrés y el litoral.

La isla de San Andrés es una roca de origen volcánico que alberga poca vida en la superficie terrestre, pero bajo las aguas esconde una gran cantidad de fauna y flora marina, tales como corales o bancos de peces.

Los 65 km de costa que recorre el Parque Natural de Cabo de Gata - Níjar comienzan en la playa carbonera de Las Salinicas, al pasar la central térmica y los puertos industrial y pesquero. La chimenea de la central es uno de los recuerdos que se lleva el visitante de carboneras, para bien o para mal. La chimenea y su fábrica son necesarias para el progreso humano, aunque son dañinas para el resto de seres vivos. Nuestra imaginación nos hace recordar la chimenea como el tronco de una palmera enorme a la que el viento cortó las ramas.

La torre del Rayo y Mesa Roldán, centinelas de Carboneras, abrigan al pueblecico con sus muros restaurados. Antaño repelían incursiones piratas y ahora, son dos lugares mágicos de visita obligada. Mesa Roldán se encuentra cerca de Agua Amarga y destacan su faro y su castillo. Desde lo alto de la torre del Rayo, el tiempo pasa a nuestros pies mientras las olas rompen en los acantilados.
Faro de Mesa Roldán.
BIBLIOGRAFÍA.

-Paginas webs:
http://www.ayuntamientocarboneras.es/

- Libros:
Calles y plazas de Almeria. (2014). Almería: La voz de Almería.
Naturaleza Almeriense. Espacios naturales y protegidos de Almería. (n.d.). Almería: La voz de Almería.


Exposición fotográfica El Camino de Santiago desde el Sur